VIA CRUCIS
1ª ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
Tú eres Cristo, Rey de los judíos
yo, un Pilato, uno más:
no encuentro culpa, no habría castigo pero..
peligra mi paz.
“Pues, ¿qué mal ha hecho éste?” digo.
“Crucifícalo” gritáis vos.
“No encuentro culpa de muerte” indico.
“Crucifícalo”, suena atroz.
“Habrá azotes”, crueles... yo decido,
“luego otorgaré libertad”.
“Crucifícalo”, nuevo grito,
“deja libre a Barrabás”.
Tú eres rey, Señor. Mi Cristo.
Yo, un Pilato, uno más.
No quisiera tu castigo, pero, mi puesto, ¡vale más!
(Esto será un homicidio).
“Cumplid, es vuestra voluntad”.
Yo no quise este castigo,
corra el agua por mis manos,
que Tu sangre corre ya.
2ª ESTACIÓN
Jesús va cargado con la cruz
En corona de espinas trabadas
mis pecados hilvané,
y con toda mi miseria humana
hice la cruz que en tus hombros cargué.
Te oí decir, (porque lo dijiste, ¿verdad?)
que a mi mundo traías luz.
Hoy yo debo agradecerte. ¡Ya está!.
Como paga va esta cruz.
¡Qué monstruos somos, Dios mío!
Nos ofreces redención,
y a cambio tomamos a Tu Hijo
tratándolo peor que a un ladrón.
Pongo en tus sienes corona,
en tu espalda fuego,
angustia en tu corazón,
cruzo en tu hombro dos maderos y...
¡al Gólgota...!
¡Tanto dolor!.
3ª ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
¿No eras rey? ¿Qué haces en el suelo?
¿Acaso pesa ser Redentor?
¿No eras rey?
Perdón, Señor.
Perdón por mi hipocresía,
perdón por tanta maldad.
Perdón por mi avaricia,
perdón por mi frialdad.
Perdón por mi orgullo tonto,
perdón por mi ira, perdón.
Perdón por esta caída.
¡Pesa tanto mi traición!
4ª ESTACIÓN
Jesús encuentra a su Madre
“Mira, esa que va es la madre”.
María, Tú estás aquí.
“Mira, se acerca al reo”
nadie lo pudo impedir.
Tú estuviste en el pesebre
y allí floreció tu amor.
Tú llegaste hasta el calvario
y aquí brota tu dolor.
“Mira...”
“Vamos, ya calla”
y enmudece todo rencor.
Ella levanta la vista,
El sus ojos abre al sol.
No aparece una palabra:
así renuevan su sí a Dios.
Vuelan juntas dos miradas
que contempla el Creador.
María, Madre y Estrella
algo hiere tu corazón.
María, fe y obediencia:
hazme fuerte como vos,
y haz que comprenda algún día
que por mí, Tu Hijo murió.
5ª ESTACIÓN
El Cireneo ayuda a llevar la cruz
“¡Ey! Soldado, ven un poco.
Fíjate, que no da más:
busca alguno que lo ayude,
que sea fuerte, duro, capaz”.
“¡Ey! Campesino, ven aquí,
que el reo ya no da más,
dale las cosas a tu hijo,
tú con la cruz cargarás”.
“Yo. ¿Y por qué yo?” –he pensado.
“Yo, siempre yo”, y qué más da:
si me rebelo, me pelan,
así que sigo, no más.
“¿Quién será el tipo? ¡Qué cruz!.
Me podrían relevar ya”.
Yo, Cireneo, ¡qué injusto!,
yo no te quiero ayudar.
Y Tú en cada instante de pena
toda una Vida me das.
¿Cómo intenté rebelarme?
¿Cómo no quise ayudar
si apoyándote colaboro
al mundo entero a salvar?.
6ª ESTACIÓN
“¿Y éste... por qué morirá?”
“Shhhh, ¡que es peor que Barrabás!”
Mi Cristo, estás sangrando;
mi Cristo, casi no ves;
mi Cristo, tu rostro es barro;
mi Cristo, ¡algo he de hacer!.
“Mujer, ¿hacia dónde vas?”.
Yo paso, no importa perder,
quiero limpiarte el rostro
de mis miserias, una vez.
No servirá de mucho alivio,
pero así no te puedo ver.
¡Si eres una hilacha humana
y todos temen compadecer!
Yo paso, casi llego, te limpio.
¡Gracias a Dios que llegué!
¡Oh! Me pisan. ¡Oh! Me patean.
Quedo tirada a tus pies.
Haz que siempre quede grabada
en mi vida, tu imagen fiel.
7ª ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
Caes, levantas y vuelves a caer,
brota fuero de las llagas de mi Rey.
Caes, levantas y vuelves a caer.
Por mis pecados, mi Cristo,
debes caer otra vez.
Perdona Señor mis caídas.
Perdona mi falsedad.
Que cause a mis hermanos heridas,
que hable en contra la verdad.
Perdona, Señor, mi odio,
perdona mi desamor,
que te deje en el olvido,
que yo juzgue sin razón.
Perdona, Señor, mi gula,
perdona mi ambición,
que me escude tras mi duda,
que juegue con el amor.
Si, por Amor lo has dado todo
y yo sólo pago dolor.
8ª ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Señor, ¿ves? están llorando.
“Y ¿qué ganan con llorar?”.
Señor, te están apoyando,
consuelo te quieren dar.
“No lloren por mí mujeres...”
No lloro por Ti, Señor:
lloro por mis pecados
que causan tanto dolor.
Mi Cristo, si yo pudiera
ayudar en tu obra de amor.
“Ayudar... ¡Claro que puedes:
toma esta cruz, como yo,
acéptala con alegría,
lleva en sí la redención!”.
“No lloren por mí, mujeres...”
No lloro por Ti, Señor.
Quiero llorar mis pecados,
tomar tu cruz con amor.
9ª ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
Te caes, Señor, me caigo.
A esto te condené yo.
Me caigo, Señor, recaigo.
Mi pecado te empujó.
Mi pecado de pereza,
mi pecado de omisión,
toda mi desobediencia
a tu santa ley de amor.
Limpia, Señor, mi mente,
purifica mi corazón,
borra el mal de mis labios,
otórgame tu perdón.
Señor, quiero estar contigo,
aunque sufra, quiero estar,
quita todo mi pecado
y enséñame a perdonar.
10ª ESTACIÓN
Jesús despojado de sus vestiduras
Mi Cristo, quitan tu ropa,
desnudo te dejan ya.
Tú das todo lo que tienes
y yo siempre quiero más.
Ahora reparto vestidos,
tu túnica voy a sortear.
¡Si supiera! Estoy sorteando
la mortaja de mi paz.
Señor, yo siempre elegante,
mi ropa no quitarán.
Si yo me quedo con ellos...
(ni vergüenza tengo ya).
11ª ESTACIÓN
Jesús es clavado en la cruz
Señor, eres Rey del mundo
y tu espalda azotamos.
Señor, eres el Dios único,
Pies y manos te horadamos
con un martillo y tres clavos.
Señor, yo soy tu vasallo,
Señor, yo soy criatura...
y no siento nada al mirar
a tu hijo así clavado.
Ya no soy ningún vasallo
ni tampoco criatura,
por lo que logré pecando
sólo merezco una tumba.
¿Cómo pedirte perdón,
cómo atreverme a rogarte,
si das a Tu Hijo y yo
deseo crucificarle?
“Padre, perdónalos
porque no saben que hacen”
¿Por qué...? ¿Por qué, Señor?
No encuentro cómo humillarme
y Tú sólo piensas en darme
un poco más de Tu Amor.
12ª ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz
“Padre, perdónalos,
porque no saben qué hacen”.
Mientas levantan la cruz,
Tú sigues orando al padre.
La tierra queda sin luz,
se va acercando Tu Madre.
“Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Hombre, ahí tienes a tu Madre”.
Nada te queda por dar,
me has dado ya lo más grande.
“Tengo sed”,
no sé que quieres.
Sólo atino a darte vinagre.
Y mientras alejo la esponja,
tus labios apenas se abren:
“Todo está consumado,
en tus manos
entrego mi espíritu”. Padre
no permitas que me aleje,
soy el único culpable.
Toda la tierra lo llora,
el velo en dos se parte,
y mi pobre corazón
no hace más que llamarte.
Ya todo el mal está hecho,
queda ahora sólo amarte,
arrepentirme de alma,
y amarte, amarte, amarte.
13ª ESTACIÓN
Jesús en los brazos de María
Tú estuviste en el pesebre,
y allí floreció tu amor.
Tú llegaste hasta el calvario
y aquí brotó tu dolor.
Ahora tienes en tus manos
la obra de mi traición.
Llora por él, Madre,
llóralo. ¿Recuerdas?
El por mí también lloró.
Ahora acaba de ofrecerme
Jesús es puesto en el sepulcro
Descansas en el sepulcro,
y no dejamos de llorar.
Yo creo, Señor, te creo,
conmigo pronto estarás.
“Yo soy Resurrección y Vida,
quien cree en Mi no morirá jamás”.
Graba esto en mi conciencia,
no te quiero defraudar.
Si por obra de mi pasado,
te hice crucificar,
por este amor que te ofrezco
hoy yo quiero resucitar.
Mabel Pruvost de Kappes
No hay comentarios:
Publicar un comentario